Dentro de los peligros asociados a la conducción en lluvia, quizás lo más temido sea el efecto aquaplaning. Es ese momento en el que hay tanta agua en la carretera -como una balsa- que el neumático no puede evacuar con sus surcos todo el agua, se pierde la conexión con el asfalto y parece que flotamos y perdemos el control del coche.
Para salir indemne de esta circunstancia, vamos a ver una serie de consejos sencillos que hay que tener claros en caso vernos en esta situación.
1- Que no cunda el pánico: Lo primero a tener en cuenta es no perder la calma. ya que en caso de aquaplaning lo peor que se puede hacer es frenar bruscamente o hacer movimientos extraños en el volante. Si se hace se bloquearán las ruedas o estarán giradas en una posición no natural una vez pasada la balsa de agua, lo que supondrá una perdida mayor del control del coche si cabe.
2- Reducir la velocidad moderadamente: Es cierto que en caso de aquaplaning hay que tratar de reducir la velocidad, aunque hay que hacerlo de manera progresiva. Si la velocidad a la que se entra en la balsa de agua no es elevada se puede complementar también el uso del embrague, ya que libera la potencia del motor.
3- Mantener la dirección: Una vez dentro del charco hay que mantener firmemente el volante para tratar de mantener una trayectoria recta que no nos haga perder el control una vez que el coche supera la balsa de agua. Si el agua está en una curva es recomendable entrar con las cuatro ruedas al charco, ya que si solo se hace con dos habrá seguramente que realizar un contravolanteo para mantener el control, algo a lo que no todo el mundo está preparado.
4- En condiciones de lluvia, reduce la velocidad: Las recomendaciones que piden que moderes la velocidad en condiciones de lluvia no son por capricho. Aunque una vía esté limitada a 90 km/h, siempre es bueno reducir algo la velocidad si llueve, ya que no es igual gestionar un aquaplaning a 90 km/h que a 70 km/h. Más vale prevenir antes del charco que tener que actuar como Carlos Sainz una vez en él.
5- Importante el estado del neumático: Aunque en algunos casos ni el más nuevo de los neumáticos te evitará una situación de aquaplaning, ten en cuenta que mientras más profundidad tengan los surcos de los neumáticos de tu coche, menos tendrás que temer a los charcos. Eso sí, tampoco está de más intentar intentar esquivar los charcos y en caso de que sean inevitables trata de seguir la misma trayectoria del coche que tengas delante, ya que será donde menos agua acumulada haya.