El alcohol es uno de los factores de riesgo más frecuentemente implicados en los accidentes de tráfico. Se ha llegado a calcular que de cada 100 accidentes mortales, el alcohol está implicado de uno u otro modo en entre 30 y 50 de ellos.
¿Con cuánto alcohol da positivo un conductor?
El Reglamento General de Circulación establece que no se puede circular con un vehículo cuando la tasa de alcohol en sangre sea superior a 0,5 gramos por litro, o de alcohol en aire espirado superior a 0,25 miligramos por litro, pero ¿cuánto hay que beber para llegar a esos niveles?
En el caso de un hombre de unos 70 kg basta con que haya bebido dos cervezas o una copa y media de vino para que, en un control de alcoholemia, presente una tasa de entre 0,25 y 0,50 mg/l en aire expirado. Para una mujer de unos 60kg, una cerveza o una copa y media de vino bastarán para alcanzar esa misma tasa de alcohol.
La multa a la que se enfrentaría una persona con estos niveles de alcohol es de 500 euros y la pérdida de 4 puntos de su permiso de conducir.
Si el alcohol ingerido asciende a 3 cervezas o 3,5 copas de vino, en el caso del hombre, o a 2 cervezas o 2 copas y media de vino en el caso de la mujer, la tasa de alcohol ascendería a más de 0,60 mg/l. Esto constituye un delito penal que conlleva la retirada del permiso de conducir de 1 a 4 años y hasta 3 o 6 meses de prisión.
Desde la entrada en vigor de la última reforma de la Ley de Seguridad Vial, el 9 de mayo de 2014, se han incluido sanciones para los reincidentes. Para estos conductores, tomados como tales aquellos que hubieran sido sancionados en el año inmediatamente anterior por dar positivo a alcohol, la sanción es de 1.000 € y la detracción de 6 puntos.
¿Está obligado un conductor a realizar la prueba de alcoholemia?
Recordamos que todos los conductores de vehículos están obligados a someterse a las pruebas de alcoholemia al igual que todos los usuarios de la vía que estén implicados en algún accidente.
Si el resultado de las pruebas y de los análisis fuese positivo, se podrá proceder a la inmediata inmovilización del vehículo. También podría inmovilizarse el vehículo en caso de que el conductor se negara a efectuar las pruebas de detección alcohólica.
¿Qué ocurre si un conductor se niega a hacer el control de alcoholemia?
La negativa a someterse al test de alcoholemia puede suponer sanciones administrativas o, si existe mediación en accidentes o cuando hay síntomas de embriaguez aguda, un delito.
- Vía administrativa:
Las sanciones administrativas están recogidas en Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial en el artículo 65.5 d que estipula que el importe de la multa será de 500 € y supondrá también la retirada de 6 puntos del carné de conducir del denunciado.
- Vía Penal:
El artículo 383 del Código Penal establece que negarse a someterse a las puebas de alcoholemia supone un delito que está penado con: de 6 meses a 1 año de cárcel, además de la retirada del carné de conducir de 1 a 4 años.
¿Cuáles son los efectos que produce el alcohol en la conducción?
Queremos advertir que el alcohol produce alteraciones muy evidentes en el comportamiento de los conductores y afecta a casi todas las capacidades psicofísicas necesarias para una conducción segura. Estas son algunas de las alteraciones más frecuentes entre los automovilistas que han ingerido alcohol:
- Repercusiones en el comportamiento: El conductor suele tener una falsa seguridad en sí mismo e incluso en ocasiones un sentimiento subjetivo de creer que tiene una mejor capacidad para conducir.
- Incremento de las infracciones: Las infracciones a las normas de circulación se producen por un doble motivo, por una parte porque el alcohol hace que se capten mucho peor todas las señales y marcas viales, y por otro porque se tiene un menor sentido de la responsabilidad y de la prudencia.
- Alteración en el tiempo de reacción: A partir de 0,5-0,8 gramos por mil, la capacidad de reacción disminuye de forma muy considerable. El alcohol produce una importante lentificación de las respuestas frente a las estimulaciones sensoriales, llegando a disminuir los reflejos y el tiempo de reacción ante un obstáculo.
- Alteraciones en la atención: Los efectos producen que la atención del conductor quede muy deteriorada, dando lugar a una especial proclividad para los accidentes. Con una tasa de alcoholemia de 1,5g/l la probabilidad de sufrir un accidente es 22 veces mayor.
- Cambios en el nivel de activación-alerta: Como depresor el alcohol hace que la fatiga muscular y sensorial sea mayor de lo normal, da lugar a una disminución de la alerta y la vigilia, el cansancio suele aparecer con bastante rapidez, así como los estados de somnolencia y las pequeñas pérdidas de conciencia en los estímulos de la carretera y del vehículo.
Fuente: CEA
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