Prueba Mazda CX-3 gasolina – Poco a poco los coches propulsados por motores de gasolina empiezan a captar adeptos. Las estrictas normativas de contaminación que se están imponiendo en importantes ciudades de Europa, el paulatino rechazo a los diésel por sus emisiones de dióxido de carbono (CO2) y óxido de nitrógeno (NOx) y los eficientes propulsores de gasolina de última generación que están llegando al mercado están siendo claves para que las ventas de coches de gasolina estén ganando terreno a los diésel.
Prueba Mazda CX-3 gasolina
Durante una semana nos hemos puesto al volante del Mazda CX-3 con el motor de gasolina 2.0L 120 CV con tracción delantera 2WD, cambio manual y con el acabado Luxury Pack White. La apuesta de este fabricante japonés en cuanto a emisiones y consumos ha sido mejorar sus motores atmosféricos antes que adentrarse a fondo en la tecnología híbrida y eléctrica. Su gran novedad ha sido el desarrollo de la tecnología SkyActiv con la que ha conseguido motores gasolina con consumos y prestaciones de diésel, especialmente con ese elevado par a bajas revoluciones que tanto gusta a los defensores del gasóleo.
A Mazda esta estrategia no le ha ido mal, ya que cerró el año 2016 con un crecimiento del 20%, acaparando el CX-3 un 24% de las ventas en España –su segundo modelo más vendido después del CX-5-. A esto se une un crecimiento de la demanda de motores de gasolina en un 57% comparado con 2015.
Este año el fabricante japonés lanzará su nueva gama SkyActiv con motores un 30% más eficientes. De momento su apuesta para lanzar un vehículo 100% eléctrico se retrasa hasta 2019 o 2020, principalmente porque en California será obligatorio contar con un eléctrico en la gama, aunque en principio no se comercializará en Europa. Lo que sí venden ya en Japón es un híbrido, es el Mazda 3 híbrido (que allí se conoce como Mazda Axela), que fabrican en colaboración con Toyota.
Con esta introducción para entender la filosofía de Mazda en cuanto a motorizaciones, entramos ya en materia con el Mazda CX-3 de nuestra prueba.
Interior y equipamiento Mazda CX-3
Añadir un detalle que me gusta que tengan los coches y que este CX-3 no lo tiene: el cierre automático de las puertas al iniciar la marcha, lo que te obliga a presionar manualmente al botón de bloqueo del asidero de la puerta.
En cuanto a equipamiento comentar que el acabado Luxury incluye asistente de arranque en cuesta, sistema de asistencia a la frenada en ciudad, testigo de presión de neumáticos, climatizador, head-up display, navegador, botón de arranque e inmovilizador, cámara de visión trasera, acceso inteligente sin llave, ordenador de a bordo con alarma de velocidad, bluetooth, dos USB, sistema de audio premium BOSE con 7 altavoces, radio digital DAB, sensor de lluvia y luces, sensores de aparcamiento traseros, limitador de velocidad ajustable, elevalunas eléctricos delanteros/traseros, control de crucero, volante y pomo del cambio en piel, asientos traseros abatibles (60/40), llantas de aleación de 18”, faros Full LED (con antinieblas delanteros y traseros), retrovisores exteriores eléctricos calefactables, ajustables y retráctiles eléctricamente, faldones laterales con moldura cromada y alerón trasero.
De regalo añade el Pack Luxury con el sistema de alerta de cambio involuntario de carril y lunas traseras tintadas.
Motor, cambio y prestaciones Mazda CX-3
En esta ocasión nos hemos puesto al volante de una versión con motor de gasolina, cambio manual de seis velocidades y tracción delantera. El motor cubica 1.998 cc con una potencia máxima de 120 CV a 6.000 rpm y un par máximo de 204 Nm a 2.800 rpm. Es un motor suficiente para moverse por ciudad y para el día a día pero se queda corto para viajes largos, sobre todo si va cargado. A su favor cuenta con una caja de cambios de tacto preciso y con recorridos cortos que le da a la conducción un plus de deportividad.
Las cifras de prestaciones según el fabricante apuntan a una velocidad máxima de 192 km/h y una aceleración de 0 a 100 en 9 segundos. El consumo homologado se fija en 5,9 l/100 km de media, 7,4 litros en ciudad y 4,9 litros en carretera.
Es uno de los gasolina que menos consumen del mercado pero ya sabemos que estas cifras que dan las marcas no se acercan demasiado a la realidad. En nuestra prueba de consumo real conseguimos una media de 7,9 litros/100 km en ciudad. Sólo en carretera la media fue de 6,3 litros cada 100 kilómetros.
Prueba dinámica del Mazda CX-3 2.0L 120 CV
Como buen gasolina me gusta por la baja rumorosidad del motor y la suavidad de marcha. El motor 2.0L de 120 CV mueve sin problema los 1.155 kilos de peso de este CX-3, aunque no le pidas mucha agilidad en la respuesta cuando toca subir un repecho y va cargado. Circulando en sexta a 120 km/h y al subir una pendiente no tuve más remedio que reducir a quinta para mantener el ritmo, una vez en llano recupera velocidad con normalidad.
Lo que me ha sorprendido es su progresividad al ir entregando potencia y su aceleración lineal cuando circulas en llano, te permite ir a 70 km/h en sexta con buena respuesta, gracias a un par alto a bajas vueltas.
Además de un motor eficiente y ágil con pocas revoluciones, Mazda también sabe muy bien fabricar coches con un comportamiento deportivo. En este caso creo que los ingenieros se han pasado un pelín con las suspensiones, porque se notan blandas y el coche cabecea. En cambio la amortiguación es dura y resulta algo seco, algo potenciado también por unos neumáticos de perfil bajo.
El conjunto está algo descompensado. En mi opinión los amortiguadores deberían ser algo más blandos y las suspensiones más duras. En general, el Mazda CX-3, ofrece una gran estabilidad en su paso por curva con una carrocería que no balancea a pesar de su altura (1.765 mm).
Un detalle que aprecié en un viaje con la familia es que al ir el coche cargado la suspensión trasera no era tan seca, algo que sin duda agradecimos todos los ocupantes.
Nos adentramos en la jungla urbana para conocer las prestaciones de este Mazda CX-3 en el entorno para el que está concebido. En ciudad se mueve como pez en el agua. De nuevo su par de 204 Nm juega a su favor ya que sale a relucir desde las 2.000-2.500 vueltas, lo que aporta un extra de agilidad al circular por rotondas, iniciar la marcha desde un ceda el paso, etc. El resultado es que te evita hacer un uso excesivo de la caja de cambios.
Opiniones y comentarios finales sobre la prueba del Mazda CX-3
El Mazda CX-3 es un coche que estéticamente me encanta, bastante deportivo y con un tamaño muy manejable para el día a día por ciudad, pero su habitabilidad se me queda corta para ir con toda la familia, tanto en las plazas traseras como por los 350 litros del maletero
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